12 de octubre de 2009

12 de Octubre

Solo una cosa puedo decir acerca del descubrimiento de América: era inevitable. Tarde o temprano alguien tenía que toparse con el nuevo continente por la razón sencilla de que estaba ahí, y por la sencilla razón de que el hombre nunca se está quieto, y anda en perpetua búsqueda de todo. Por la misma razón es inevitable que se encuentre la cura para el cáncer, para la diabetes, para el sida, para el mal de Parkinson, para la enfermedad de Alzheimer y para todos los quebrantos que ahora afligen a la humanidad. Los nombres de las dolencias que antes dije serán alguna vez como los nombres de otros males que casi tenemos olvidados: la hidrofobia, la tisis, la malaria, la difteria, el cólera, la sífilis, la lepra, la poliomielitis y otras enfermedades que ayer se consideraban incurables y que hoy se previenen con vacunas o se atienden con facilidad. Sólo es cuestión de esperar. Colón y Fleming no agotaron la infinita curiosidad del hombre, su sed de conocimiento, su afán por alcanzar más dilatados horizontes. Sea como fuere, este día ha de servir para celebrar, a más de todo lo que este día se celebra, la confianza en la espléndida capacidad del hombre para alcanzar sus sueños más allá de todos los pesimismos y todas las desesperanzas. Es todo lo que tengo que decir

No hay comentarios: