11 de abril de 2009

"Hablar con el muchacho"

En mi primer lugar dejare para mi mismo, esa costumbre de poner la fecha antes de cada entrada de blog, hoy le dedico esta entrada al C. VillaG, que se que me lee, pero simplemente no lo quiere admitir... Lei esto hace mucho y acudo a mi vivacidad de memoria, aderezado con varias de mis palabras aplicadas al caso concreto...

"HABLAR CON EL MUCHACHO", asi lo escribio en su agenda con tinta roja (que para el significaba algo con importancia), al enterarse por medio de su esposa, de una conducta atipica de su hijo apenas preadolescente, "una escenita rebelde tipica"-se dijo a si mismo mientras que cerraba su agenda con la mente puesta en la esperanza.
Pero las ocupaciones, las tribulaciones del tiempo, el afan por tener exito en el trabajo, por llevar mas dinero, comodidad al hogar, estabilidad y todo ese tipo de cosas que ahora resultan ser para el una gran bola de mierda que va cuesta abajo hacia su direccion, pues de pronto un dia, en medio de notas amarillistas e impersonales noticias de television se entero, con un helado espasmo, de varios traficantes y vendedores de muerte, y entre ellos, su muchacho, el inocente infante que jugaba futbol en su liga vecinal, aquel que le pedia ayuda en su tarea de matematicas... y de pronto se pregunto la razon de lo sucedido (aunque sin mucho afan por llegar a la respuesta mas obvia), y empezo a decirse a si mismo el choro de textbook clasico: pero si tenia todo, una familia amorosa, videojuegos, toda tecnologia, escuela, un carro, una novia linda, no le falta nada, cual es la necesidad, etc.
De pronto, con el paso de los dias le dieron las ganas del confort del hijo, del amor de este, de saber que ahi estaba el fruto de su vida, el escuchar aquella musica horripilante llamada metal que ahora extranaba mientras lavaba los vehiculos, de las idas al estadio de beisbol, y demas cosas que lo vinculaban a el, y se puso a buscar fotos, archivos y documentos viejos en los estantes olvidados en el sotano, en busca de aquel hijo, y al revisar todo eso, se dio cuenta de lo poco que lo conocia, de cuanto tiempo le nego, de las veces que pudo hablar seriamente con el, sobre sexo, mujeres, etc, en fin, de una manera mas trascendental y mientras trataba de no romper el llanto, justo cuando se puso mas fuerte, cayo a sus pies una hoja polvorienta y amarillenta por el paso del tiempo, y al voltearla, vio una leyenda en el mismo, con tinta desgastada y amarillenta que decia: "HABLAR CON EL MUCHACHO"