México, el mito de un país que pretende ser un Grande
Por Poyetán Le Blanch.-
Dentro del fútbol hay mitos, creencias, y en algunas ocasiones pequeñas causas que generan una expectación singular sin fundamentos. No es una contradicción, es una realidad sine quanon: los pequeños triunfos, las pequeñas hazañas hacen creer que siempre David vencerá a Goliat. Pero no, aquella batalla se dio una sóla vez en la mitología.
Para que un equipo pueda ser considerado grande debe mantener una historia a la orden de la grandeza, no basarse en hechos aislados para considerarse Grande o tener aspiraciones de ser el mejor del mundo.
Tal es el caso de México, un seleccionado que cada día que pasa está mejor rodado, cada Mundial que se avecina, su prensa nacional lo catapulta no como candidato pero sí le traza un objetivo que está fuera de su historia: quedar entre los primeros cuatro. Eso pasó en 2006, un Tri rutilante, que sabía lo que quería en un campo de juego, con jugadores consolidados, y sin embargo, una vez más, se marchó en octavos de final. Analizar merecimientos no aportaría más que ilusiones a engrandecer un mito y a no ver la realidad, la que se frustró de golpe con un tiro de volea de Maxi Rodríguez que dejó en silencio a millares de aztecas.
Dentro de la vasta historia del balompié mexicano cabe decir que participó de 13 Mundiales, una cifra envidiable. Y sin embargo, tuvo que esperar a la cita de Chile 1962 para conseguir su primera victoria. Había dejado atrás las derrotas 1930, 1950, 1954 y 1958. En esos cuatro mundiales había disputado 11 partidos y obtenido un solo empate, el resto fueron derrotas. Sus mejores participaciones coinciden precisamente cuando el conjunto azteca se presentó ante su gente: en 1970 como en 1986 –este último con Hugo Sánchez como símbolo- México refrendó su mejor marca: estar entre los 8 mejores del mundo.
El mito de que México es un grande del fútbol Mundial está sólo amparado por una prensa nacionalista sedienta de triunfos ya que forja la ilusión en otras competencias de segundo orden: México se consagró 8 veces y fue dos veces sub campeón en 19 Copas Concacaf que se han disputado. Sin dudas ocupa el primer lugar del escalafón en América del Norte, donde se enfrenta con seleccionados como Honduras, Jamaica, Costa Rica, Canadá, Estados Unidos, El Salvador…
Sin embargo su crecimiento se ha sentido en los últimos años, en el escalafón mundial, desde 1994, el Tri pasa siempre a segunda ronda, cayendo en los octavos de final sin discusiones. Al menos eso es un síntoma de regularidad… En Sudamérica participó en la Copa América en 7 ocasiones, consiguiendo dos subcampeonatos y tres terceros puestos, contra rivales de la talla de Argentina, Brasil, Uruguay.
Su mayor consagración fue en la Copa Confederaciones de 1999 donde se llevó el trofeo. En aquella oportunidad el certamen también se disputó en México y el local venció en la altura del estadio Azteca, a Brasil en un trepidante 4-3.
En los Juegos Panamericanos ostenta tres medallas doradas, la última en 1999. A esta competencia, las potencias del continente no suelen llevar a sus estrellas y arman conjuntos de segundo orden, pero todo suma al exitismo azteca.
Tuvo nombres de relevancia, como Hugo Sánchez que fue pichichi en España jugando para el Real Madrid, y también goleadores en la Copa América como Luis García, en 1995, o el Pájaro Luis Hernández en 1997, con 6 tantos.
En 2002, bajo la dirección del Vasco Javier Aguirre, México obtiene por primera vez en su historia el récord de ganar dos partidos de forma consecutiva en un Mundial. En la fase de grupos venció a Croacia (1-0) y a Ecuador (2-1). En 2004, bajo la dirección del argentino Ricardo Bigote Lavolpe, el Tri consigue un récord de 8 victorias consecutivas (6 juegos eliminatorios y 2 amistosos). Además, de octubre de ese año y hasta junio del 2005, se mantuvo invicta en 21 juegos (14 victorias y 7 empates) incluyendo parte del Hexagonal final de la Concacaf y de la V Copa Confederaciones, transformándose en su mejor registro de todos los tiempos.
Contra los popes, en 2004, por primera vez en su historia, una selección nacional mayor vence a su similar de Argentina (1-0) en un partido oficial (fase de grupos de la Copa América de Perú). El 19 de junio de 2005 los aztecas consiguen la victoria más importante de su historia internacional, al vencer 1-0 a Brasil con todas sus estrellas en la fase de grupos de la Copa Confederaciones de Hannover, Alemania.
El mismo año obtuvo el campeonato mundial juvenil Sub-17. Con Giovanni dos Santos y Carlos Vela a la cabeza, venciendo a Brasil por 3-0. Pero en el contexto Mundial, más allá del respeto que ha conseguido por su juego aguerrido y su orgullo por los colores, México sigue siendo considerado un seleccionado en vías de desarrollo.
Los lauros más recientes demuestran el crecimiento azteca en esto del balompié pero está claro que todavía es demasiado poco para las aspiraciones que se crean los mismos mexicanos con el comienzo de cada Mundial. Un baño de humildad vendría bien, la crítica constructiva y asumir la realidad podría ser un buen comienzo para que el Tri siga creciendo. Pero sin fanatismos, al día de hoy México no es más que un seleccionado de segundo orden, como lo pueden ser Croacia, Serbia, Bulgaria o Rumania. Porque como diría Santiago Segurola “el edificio de la historia se construye a costa de la historia de los demás” y a México le faltan muchas grandes victorias para edificarse como Grande.
Yo se eso, lo que pasa es que el problema del futbol en México es precisamente que hay demasiado futbol. Si le quitaramos tanta difusión, sería otra cosa
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