7 de junio de 2013

Las comparaciones ¿nunca son buenas?

Comparación:  
1. f. Examen que se hace a las cosas o a las personas para establecer sus semejanzas y diferencias. 
2. Parecido o relación que se establece entre dos elementos.
3. Figura retórica que consiste en identificar dos entidades por compartir una o varias características


Esta es la definición de la palabra "comparación" según la RAE, cuando se usa en forma de una figura literaria, puede también llamarse símil, donde se hace una relación entre un objeto o persona real con otro alegórico o real. Es una forma muy básica de hacer que la gente entienda un concepto que quieres trasmitir: al ligar el concepto de alguien tímido diciendo que es parecido a una avestruz, das en el clavo con lo que quieres decir en un tiempo corto (requisito indispensable para la lengua hablada, que se rige por el principio de la inmediatez).

Su uso -como todo lo que usa el ser humano- también puede ser usado para destruir una cosa o persona, o por lo menos denostarla, haciendo el daño que solo las palabras hacen. Tal vez por eso esté en el inconsciente colectivo la frase "las comparaciones nunca son buenas"...

Por eso yo pregunto, ¿y si una comparación hace que te sientas tan mal que te decidas a mejorar? ¿que tal si ves que una mujer con evidente mejor forma que la tuya coquetea con tu novio? ¿si un tipo tiene mejor aspecto sin camisa que tú y está dentro del alcance de tu pareja? ¿porqué no hacer algo al respecto aunque sea mejorar un poco?  La peor comparación es la que haces tu mismo en tu fuero interno: es la mas cruel y a la vez la mas fácil de lograr que hagas un cambio, pero se descarta porque estamos a acostumbrados a que nos suavicen las cosas (los gobiernos nos tratan como idiotas o como niños, los meseros nos consienten, las empresas nos tratan bien para que compremos y un largo etcetera), dejando de lado que a veces una cruda verdad es mas efectiva que miles de mentiras bonitas. Eso frena los avances de una vida mejor, una vida que está secuestrada por la sociedad de consumo y la banalidad del posmodernismo, que prioriza el sedentarismo físico y emocional porque eso genera dinero a las personas que lo codician. Manteniendote en ese estado, generan sus ganancias. 

Ahora, ¿han visto que proclaman a todos los vientos que todos los seres humanos son únicos e indivisibles y que a la vez, el colectivo dice que sólo dos cosas iguales pueden compararse entre sí? ¿Porqué hacemos una comparación de cosas y no de personas? Se puede esgrimir lo dicho arriba, que somos únicos y diferentes todos entre sí, que las personas son personas y que no hay que objetivizarlas, pero es lo que han venido haciendo políticos, publicistas, encuestadoras e incluso empresas farmacéuticas: para ellos somos súbditos, consumidores, números y clientes; además seamos honestos: cuando vamos en el metro, o en el camión o en el carro, no vemos a otras personas diferentes unas a otras, vemos una masa a la cual nos metemos, es mas ni siquiera vemos a las otras personas a los ojos, son entes que se mueven y que no nos importan, pero cuando uno trata de hacer comparaciones de repente todos se ponen púdicos... 

Es que "no puedes comparar peras con manzanas" dice el repetido lugar común para quedarnos en la pereza de lo habitual y el enaltecimiento de las fragmentaciones, ello bajo la bandera del "cada quien" (las dos palabras que retratan la cara mas habitual del posmodernismo). Bajo el "cada quien" argumentos son rotos y descartados, dejando de lado oportunidades mayores de tener un aprendizaje, hacer conciencia y por ende mejorar como persona. Ejemplo banal: en el Tuiter hay personas que comparten un gusto musical parecido al mío, ellos dicen que un disco es mejor al que yo digo, y al tratar de establecer razones me salen con el "es cada quien lo experimenta a su manera", siendo que son del mismo género musical,  con casi los mismo adeptos, y usan los mismos instrumentos y hasta con los mismos tipos de arreglos. Lo que me hace enojar de usar esa frase es que en esencia es cierto que cada quien lo experimenta a su manera, contra eso no puedes discutir, pero en realidad se usa como una tangente para evadir una discusión que pudiera edificar que como una defensa hacia la libertad subjetiva.

"No puedes comparar peras con manzanas"
Un día me dormí con esa frase rondando por mi cabeza y soñé que la principal noticia en las redes sociales y los diarios era que científicos alemanes especializados en ingeniería genética, habían creado una fruta producto de la combinación entre peras y manzanas, "Applear" le llamaron en inglés y en español no podían ponerse de acuerdo, ya que combinar "manpera" o "mancera" pudo confundirse con "mámpara" o con el apellido del actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal, respectivamente.

Dicho acontecimiento causó un cataclismo en la psique de las personas de este país y quizá de otros que hablen esta lengua y tengan la frase acuñada, porque... ¿de qué sirve una frase que te prohíbe comparar peras con manzanas cuando ya se realizó un acto del ser humano que las combinó efectivamente? La frase fue automáticamente descartada y la gente comenzó poco a poco a tomar conciencia de que sí era posible hacer las comparaciones, incluso tomar elementos de una cosa para ponerla en otra y hacerla mejor, la gente se dio cuenta de que lo puro no existe más y que un país rico puede compararse en un país pobre si tenemos la cabeza suficiente y la paciencia para encontrar aspectos comparables. La educación mexicana mejoró al usarse métodos comparativos en asignaturas "coco" como las matemáticas y ciencia con modelos surcoreanos adaptados para tenochcas, en salud se usaron tratamientos que médicos cubanos estuvieron investigando y que beneficiarían a la población, la corrupción disminuía al establecer controles gringos y generarse el escarnio popular inherente a los mismos... y todo por un logro de la ciencia que vino a tumbar tabúes (como todos los logros de la ciencia)

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