Ese mismo día, un minuto antes de la hora del crimen, Bradford envió un comentario a su novia embarazada a través de la red de socialización Facebook y desde un ordenador que estaba en el domicilio de su padre.
Su abogado pudo así demostrar con esa coartada electrónica que su cliente era inocente, lo cual fue respaldado con varios testimonios y permitió la liberación del joven.
"Fue simplemente una coartada sólida", dijo el abogado Robert Reuland al diario. "Refleja el grado de penetración en nuestras vidas que tienen los sitios de socialización en internet"
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